Post-toucheado

Desde mi azotea: inicio del post

Pensé que no encontraría el touch para postear hoy, después de una hora y tantito de espera en el calor asfixiante y espantando mosquitos (mi hermano juega beisbol, yo: esperando que terminara el entrenamiento). Terminé con la cara salada llena de brillos peor que luchadora aceitosa, las manos chiclosas (y con lo que no me traumo!) tenía la desesperación por correr a lavármelas.

Nota: Así como decía el ratón Crispín, yo tmb odio con odio jarocho esa sensación de chiclosidad en la cara, los kilos de watts reflejados en mi rostro y la plegostiosidad y sensación de puerqués (me vale, invento la palabra!) que me quedan las manos después de una ola de calor-sudor-aire-caliente. Detesto sentir las manos sucias, es mi trauma ahora confeso.

Volviendo a lo que decía, sobre esto de encontrar el touch: a veces suelo subir hasta la azotea y simplemente ver el día, contemplar las nubes, sentir el aire en mis mejillas, mis greñas rozarme el rostro y ver un poco de mi sombra, recuerdo que la última vez que había hecho esto fue en compañía de un libro que estaba re-leyendo por ochorronosecuantas veces (me gusta el libro), no tiene mucho. Como vivo en Nordilandia un lugar pinche lejos según joden unos, pues tengo la fortuna que pss si hay ruidillo de carros y todo (¡tampoco estoy tan lejos!) pero hay un chingo de árboles y árboles no arbustitos fofos! Toncs sopla aire bien chido. Y ahorita que venía de regreso a la casa, me puse a ver el cielo, me tocó ver un poco de atardecer: combina un chorro de color y contemplar un paisaje mejor que los de Bob Ross. Así que me arrané aquí, en la azotea.

post-touch!

Cuántas veces se va el día y por andar en las carreras ni te fijas en cómo está el cielo?! Nomas: pinche solazo y pff ya! O ver cómo se mueven los árboles desde la ventana, el resplandor del sol, como traspasa las nubes tipo película... ¿Cuántas?¿seguido?

Hoy también me tocó ver algo nuevo (nuevo en presenciar), hoy esperando mi turno de regreso para ir a comer, me llamó la atención un grupo de personas: eran débiles visuales, eran como 5 y uno sí tenía la fortuna de poder psss.. ver, les presté atención: el señor éste, el afortunado, resultaba que era como el guía, les estaba enseñando a guiarse, como llegar a la parada, cómo buscar la banqueta: todo. Supuse que jamás habían estado por esos rumbos, se me hizo a toda madre y bien chido que ese señor estuviera a toda disposición con ellos, siendo paciente, dando de su tiempo; porque pues uno que gracias al cielo ve y pss a toda madre todo está “fácil”, le caminas y corres, saltas y brincas. En ese grupo de personas había uno que era como que el acelerado, como el que ya sabe todo y quiere saltarse lo puntos y llegar a lo mero bueno, y justamente llegó la parte difícil: cruzar la calle. Obviamente el guía los ayudó en un chance que no había tanto carro, paro unos poquitos y cruzaron, pero me quedé pensando: ¡¿cruzarán con ayuda siempre?! Sorry si tienen la respuesta y hago preguntas estúpidas, pero yo no lo sé! No me ha tocado ni verlo.

Lo más cercano a esta experiencia fue hace ya como 3 años, con un amigo me vendé los ojos y con su ayuda pretendí experimentar esa tortura (que para mí lo es el restringirme la visión) y cruzamos la carretera (en ese tiempo no había puente peatonal para cruzar a la civilización: Soriana, lo más cercano) lo logré fui y regresé sin realmente ver nada (fue horrible). Vean esas cosas que nadie se detiene a ver, piensa en cómo sería describirle a una persona con debilidad visual un paisaje tremendamente hermoso: mi duda ¿cómo dar referencias de algo que no conoce? Alguna respuesta?

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